La historia y memoria: la comunidad de BYU lucha con nombres y monumentos

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Para leer la historia en inglés: History and memory: BYU community grapples with names and monuments

Traducido por Breanna Jones, revisado por Nicole Coello

Las protestas recientes contra el racismo y la brutalidad han provocado la demanda para remover las estatuas de figuras históricas de quienes han dicho comentarios racistas. BYU no tiene inmunidad a las demandas, y unos estudiantes han pedido que los nombres de edificios sean cambiados y que remuevan la estatua de Brigham Young. (Hannah Miner)

Las protestas contra el racismo a través del país han provocado discusiones sobre el quitar las estatuas y el renombramiento de los edificios que conmemoran a algunas de las figuras históricas de quienes han dicho comentarios racistas, y BYU no es inmune a las demandas.

Estas discusiones, sin embargo, son de vez en cuando más complicadas que simplemente demandar el removimiento de las estatuas ya que los líderes del pasado y presente son personas complejas.

Llamado al desnombramiento

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Attached are two letters, in the first one, the BSU presidency collaborated with BSU member Don Izekor to draft a letter to the @naacp in which we invite them to join us in bettering @brighamyounguniversity. We reached out to the NAACP for their reputable strength and personal relationship with The Church of Jesus Christ of Latter-Day Saints (@churchofjesuschrist), in hopes that they will wield them on our behalf.  In the second letter, Don and our outgoing president, Déborah Aléxis, directly addressed President Nelson (@russellmnelson ), entreating him to hear our plea. They addressed it to him because she figured that her letter to President Worthen would be fruitless if she did not also reach our church leaders given that BYU is owned by the Church of Jesus Christ of latter-Day Saints.  Monuments and namesakes on campus are not mere passive allusions to prominent church figures–we dedicate things after people we admire and deem worthy of immortalizing. And though, a "rose by any other name would smell as sweet", if I say "rose", you not only picture one, you smell it and experience it. Similarly, names and monuments invoke memories, legacies, and ideologies. The eponymous buildings on our campus do the same thing. But what does it say of our ability to accurately situate ourselves in the moral arc of the universe when our dedications are to leading proponents of slavery and segregation? And how can we expect anyone to understand current social problems in the church or at the university if they cannot even see how these historical figures created our present? One of the reasons we cannot move forward is because we've made our past untouchable through glorification. So to start this process, we ask for the "unnaming" of all current buildings not only out of respect for the Black Saints who endured a sub-membership in the church but for a better future. Please read, like, share, and repost this to help us amplify our voices. Update: An essential part of the second letter was cropped out ? Check out our bio for a pdf of both letters. It's easier on the eyes!

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Miembros de la unión de estudiantes negros (BSU por sus siglas en inglés) en BYU escribieron dos cartas — una a la NAACP (por sus siglas en inglés), y la otra al Presidente Russell M. Nelson — pidiendo que los edificios sigan adelante “sin nombres” y que todos los nombres sean removidos, no solamente los que se asocian con la esclavitud y el racismo.

“Si no hay edificios nombrados en honor a mujeres o personas de color, entonces debemos remover todos los nombres porque todavía estamos glorificando un cierto tipo de figura en campus”, dijo la presidenta saliente de BSU de BYU, Déborah Aléxis. “Muchas de estas figuras tuvieron ideologías problemáticas que aún tienen consecuencias duraderas hoy día”.

El autor Don Izekor dijo que las cartas son una llamada de atención después de que los líderes hayan hablado de cambio pero hayan fallado el actuar. La espera que después de escribirle a NAACP, la organización ayudará a la Iglesia a hacer cambios gracias a su asociación.

“Solamente pedimos que la Universidad Brigham Young reconozca que nosotros también tenemos el derecho de reclamar este espacio y que es difícil hacerlo con reliquias que miopemente glorifican un pasado vergonzoso”, explica la carta al Presidente Nelson.

Otros alegan que los nombres no se deben cambiar debido a que los conmemorizados también hicieron muchas cosas buenas para la universidad.

Citas de unos de los discursos de Brigham Young dados durante el tiempo en que dirigió la Iglesia han resurgido durante las conversaciones. En muchas instancias, se refirió a las personas negras como la descendencia de Caín, quién fue maldecido por matar a su hermano Abel en el antiguo testamento.

“¿Les diré la ley de Dios con respecto a la raza africana? Si el hombre blanco quien pertenece a la descendencia escogida mezcla su sangre con la descendencia de Caín, un castigo, bajo la ley de Dios, es la muerte”, Brigham Young dijo en el Journal of Discourses (diario de discursos).

En una opinión para el Salt Lake Tribune, la estudiante de BYU, Hanna Seariac, escribió contra el cambio del nombre de la universidad ante las cosas que el registro dice que Brigham Young dijo.

“El remover las figuras históricas del contexto histórico y el evaluarlas contra nuestras normas es injusto para estas”, comentó Seariac en su opinión. “Debemos de reconocer lo malo que hizo (Brigham Young), pero al mismo tiempo debemos de recordar las contribuciones valiosas que tenía”.

Desde el 14 de julio, BYU no ha respondido a las demandas para la renombración. La unión de estudiantes negros también dijo que no ha recibido una respuesta a sus cartas con excepción del reconocimiento que el NAACP hizo de que la ha recibido.

Perspectivas de historiadores

Según Matthew Mason, profesor de historia en BYU, las normas vigentes del racismo y la esclavitud provienen de los siglos XVIII y XIX cuando la gente estaba desarrollando puntos de vista religiosos, contra la esclavitud y sobre los principios de la ilustración la cual afirmaba que todos son iguales.

Él dijo que la mejor manera para analizar a los líderes como Brigham Young “es considerar las opciones disponibles de ellos durante las discusiones en las cuales participaron y también las ideas disponibles durante aquel tiempo, las cuales no son muy diferentes a las que tenemos hoy con respeto a la raza y la esclavitud ya que es de donde las recibimos”.

Cuando se trata de las estatuas y los nombres de los edificios, Mason dijo que hay una diferencia entre la historia y la memoria: La historia es compleja y examina lo que aconteció en el pasado, pero la memoria es emocional y el enfoque en como el pasado se conmemora hoy día.

“Las discusiones sobre como recordar la Guerra Civil, o Brigham Young, o cualquier cosa ahora nos explica más sobre el año 2020 que el 1847 o 1861”, Mason explicó. “Así que la manera en como nos dirigimos a las cosas como los nombres de edificios o monumentos suele ser emocional porque toca nuestra identidad y nuestras valores vigentes”.

Christopher Jones, otro profesor de historia en BYU, dijo que es importante que los que estudian historia reconozcan el contexto histórico de la época en que viven las personas, pero que “debemos estar muy dispuestos de condenar el racismo cuando lo encontramos en el pasado”.

“Simplemente porque habían más personas que tenían ideas a favor de la esclavitud en el siglo XIX de las que hay en el siglo XXI no significa que la esclavitud en cualquier siglo este bien”, dijo. Jones señaló que también había muchas personas en contra de la esclavitud durante el siglo XIX.

Según Jones, la gente a veces evita las discusiones complejas y difíciles cuando justifican el racismo del pasado por alegar que las normas vigentes no se deben aplicar a las figuras históricas o que solamente se enfoquen en las acciones y calidades buenas de los líderes.

Sin embargo, Jones dijo que es importante escudriñar la historia y tener estas discusiones. “Espero que podamos abrir un espacio para llevar a cabo estas discusiones difíciles para que podamos llegar a un mejor entendimiento no solamente de la historia sino también de los legados suyos hoy y en el presente”.

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