Traducido por Spencer Webb y revisado por Calvin Westfall y Diego Calderón
Leer en inglés: BYU alum returns to Provo with ‘revolutionary’ ice cream
El helado es uno de los pocos ‘vicios’ que los estudiantes han disfrutado por décadas, con varias tiendas vendiendo el postre congelado cerca de BYU — tal como lo hacen clubs alrededor de otras universidades para satisfacer a los estudiantes.
El BYU Creamery ha estado sirviendo durante décadas. Joe Tiapson, el director asistente de BYU Dining Services, dijo que la competencia que trae una nueva heladería al área es buena para la industria.
“Cada negocio sabe que tiene que estar al corriente con las exigencias y deseos de sus clientes”, dijo Tiapson. “Siempre recibimos con gusto más competencia y siempre estamos buscando maneras de mejorar nuestro producto para nuestros clientes”.
El nuevo negocio que busca establecerse en el lucrativo mercado de helado de Provo es Brooker’s Founding Flavor’s Ice Cream. Brian Brooker, el hombre detrás del mostrador, dijo que los postres ‘de la época revolucionaria’ estarían disponibles en la tienda más nueva que queda cerca del J Dawgs original en 820 N.
Brooker vivió en The Colony como estudiante de BYU y recuerda pasar cada día por el lugar que ahora será su heladería al caminar a clase.
“La razón por la que este sitio es bueno es porque hay mucho tráfico de pie en el área,” dijo Brooker. “Se les interesará a los estudiantes cada vez que haya un evento deportivo, un concierto musical y evento de la iglesia.”
Su heladería original se abrió en Vineyard, Utah, en diciembre de 2018 y se diseñó como la taberna que se encuentra en Williamsburg. Cada cosa, hasta las luces, las mesas renovadas y hechas de madera de graneros de 100 años, y el puesto de barril, invoca un estilo americana colonial.
La crianza de Brooker se influyó mucho por la historia de los Estados Unidos. Nació en Virginia y de niño visitaba mucho los sitios históricos tal como Montpelier, Monticello, Mount Vernon y George Mason.
“Al manejar a escuela, siempre pasaba por el campo de batalla de Manassas. Recuerdo que había una bala de cañón todavía incrustado en un edificio de piedra,” dijo Brooker. “Eso era lo que conocía y me crié en ese ambiente, así que la historia siempre me inspiraba.”
Su dedicación a los principios fundadores se extendió mucho más allá de un entendimiento profundo de la historia nacional y un amor por la herencia americana. Después de graduarse con su título universitario en ciencia y después de recibir una licenciatura de ley y MBA de Penn State, decidió unirse a las fuerzas armadas. Sirvió como auditor judicial general durante ocho años.
“Me uní a las fuerzas armadas por motivo de 9/11 y porque quería servir y dar algo a mi país”, dijo Brooker.
Después de su servicio militar, Brooker combinó su amor por el país y el helado para crear un negocio. Su interés en hacer su propio helado empezó después de graduarse de la escuela secundaria cuando fue de viaje haciendo senderismo en los Apalaches. Pasó tiempo en Maine, Vermont, New Hampshire y Massachusetts.
“Viajando por Nueva Inglaterra ves muchas heladerías,” dijo Brooker. “A ellos no les faltaba ningún detalle. Eran creativos, tenían muchos sabores creativos y de alta calidad.”
Esa experiencia le inspiró seguir un sueño que él tenía desde hace 20 años. En la última década, Brooker estudió atentamente el proceso de hacer helado, tomando cursos en diferentes universidades alrededor del país. Además de tomar cursos públicos, logró coordinar lecciones privadas con varios heladeros legendarios.
“Busqué y encontré al hombre que inventó el sabor de galletas y crema e hicimos helado juntos por tres días en su sótano”, dijo Brooker. “Ahora, galletas y crema es uno de nuestros sabores más populares”.
En BYU Creamery, los empleados han trabajado sin cesar para crear nuevos sabores y nombres para el helado — lo cual es un esfuerzo colaborativo entre los cocineros y el equipo directivo.
“Para poder darlo al público, un nuevo sabor necesita tener aprobación final por nuestro cocinero ejecutivo y el director de comida”, dijo Tiapson. “El proceso de nombrar un nuevo sabor necesita mucho pensamiento y encuestas para asegurar de que tengamos el nombre que más coincide con nuestro producto de calidad.”
Tal como BYU Creamery, Brooker también da importancia a la creación y nombre de sabores de helado. El estudiante de ingeniería mecánica, Jason Redding, de Edison, Washington, fue a la heladería de Brooker en una cita. Secretamente, a él le encanta la historia y el periódo de la guerra revolucionaria y dijo que le gustaron los nombres inteligentes y creativos de los sabores.
“Cuando me sirvieron el helado, fue uno de los mejores que jamás había probado”, dijo Redding. “Estuvo tan bueno como el helado que tenemos localmente en Washington”.
Redding vive en la residencia universitaria alrededor de la nueva ubicación que Brooker acaba de construir.
“Estoy emocionado vivir tan cerca de la heladería,' dijo Redding. 'Va a ser perfecto para una cita rápida, o para una actividad después de la noche de hogar, o solo para ir a comer algo en camino a la casa después de la escuela”.
Anna Andrew, una estudiante de Moab con especialidad en estudios de comunicación, visitó Brooker’s Ice Cream Shop por primera vez y no ha podido dejar de pensar en ello.
“Cuando fui, el dueño se nos presentó y nos contó acerca del proceso de hacer el helado, y pudimos probar varios sabores”, dijo Andrew. “Mi sabor favorito es ‘Give me chocolate or give me death’ (‘Dame chocolate o dame la muerte’). Si pudiera comer helado todos los días, iría a esta heladería”.
Brooker dijo que uno de sus frases favoritas es: “Una cucharada llena de helado ayuda a la digestión de los principios fundadores”.
“He estado estudiando y leyendo acerca de la fundación de América por muchos años. Con cada generación que pasa, la historia se enseña incorrectamente con una agenda o una mala actitud hacia la historia”, dijo Brooker. “Quiero compartir con la cultura americana y con la comunidad cosas verdaderas y positivas sobre lo que hace América diferente y especial.”