¿Funciona el activismo en las redes sociales o la firma de peticiones?

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Read in English: Does social media activism and signing petitions work?

Traducido por Cas Kersten y revisado por Nicole Coello

La firma de una petición se ha asociado con lo que las Naciones Unidas han denominado ‘el activismo pasivo’. Con las peticiones cada vez más frecuentes en respuesta a los problemas actuales, algunos firmantes señalan el verdadero impacto que puede tener firmar una petición (Ilustración por Ben Daniel).

Las peticiones han existido por cientos de años. Sin embargo, desde los comienzos de la era del Internet y las redes sociales, las peticiones se han agrupado en lo que se conoce como el ‘activismo pasivo’.

Según el sitio web Nonprofit Hub, las Naciones Unidas han definido el ‘activismo pasivo’ como gente que apoya una causa mediante acciones pero que no está “realmente comprometida o dedicada a hacer un cambio”. 

Esto plantea la pregunta de si el simple acto de escribir un nombre en una petición en línea es ejemplo del activismo pasivo o un paso hacia un verdadero cambio. 

Rosemary Clark-Parsons, directora adjunta del Centro de la Cultura Digital y la Sociedad de la Universidad de Pensilvania, informó a la CNN que la investigación muestra que es menos probable que las personas participen en causas activistas que requieren un alto nivel de compromiso. 

Sin embargo, agrega que estas simples firmas ayudan a los organizadores de peticiones a visualizar de mejor manera quiénes pueden ser sus partidarios pasivos. 

Esto ayuda a que los organizadores y líderes de movimientos alienten a los aliados pasivos a convertirse en aliados activos y a “unirse a las filas de partidarios que luchan activamente junto a ustedes por la causa”, dijo Clark-Parsons a la CNN. 

En un artículo del año 2019 en La Revista de las Investigaciones Psicosociales del Ciberespacio, los investigadores indicaron sentimientos mayormente positivos después de firmar una petición y esos sentimientos “pueden impulsar a (firmantes de la petición) hacia una futura acción colectiva”.

Stephanie Morales, estudiante de BYU, firmó una nueva petición hecha por otros estudiantes de BYU que pide que una clase sobre la raza y la etnia sea un requisito de las clases de educación general. Ella dijo que a pesar de no estar completamente segura de si su firma ayudará, reconoce su efecto de otras maneras positivas. 

“Compartir una petición en las redes sociales ayuda a aumentar conciencia. Cuando tus amigos la ven se dan cuenta de que el problema es real y que es algo que a la gente le importa”, explicó ella. 

No se ha anunciado que una clase de raza y etnia se convierta en un requisito de las clases de educación general. Sin embargo, BYU anunció poco después de que esta petición se hizo que se formó un comité diverso de personal para examinar la raza y la desigualdad

Aunque BYU no mencionó si la petición influyó su anuncio, BYU hizo un cambio de política después de revisar la información de una petición realizada en 2016 sobre la agresión sexual en el campus.

Un consejo revisor, creado por el presidente Kevin J Worthen, analizó las miles de declaraciones y respuestas de la petición. Al final, seis meses después de que se hizo la petición, BYU presentó un informe sobre un nuevo cambio de política en cuanto a la situación de la agresión social en campus.

Madi Barney, la creadora de la petición, dijo en una entrevista con El Daily Universe que su petición “no era la única forma de crear conciencia o ayudar a los sobrevivientes”, sino también una forma de actuar cuando se trata de ayudar a amigos que son víctimas del abuso sexual. 

Más allá de la esfera de BYU, una campaña denominada “Trafficking Hub” ha despertado recientemente el interés del internet ya que las redes sociales han tomado las riendas al compartir su video informativo sobre el sitio Pornhub y su asociación con el tráfico sexual. 

Después de ver la publicación de un amigo en Instagram al respecto, Faith Bellum, estudiante de BYU Idaho, firmó una petición de Change.org que apoyaba la campaña Trafficking Hub. Sin embargo, la petición fue retirada después de unas semanas.

Ella dijo que le daba miedo ver que se retirara a pesar de las últimas noticias sobre el tráfico sexual y de menores. “Eso solo me muestra que hay algunas personas muy poderosas que están haciendo cosas muy horribles y este tipo de movimientos es más necesario ahora que nunca”.

A partir del 16 de julio, una nueva petición sobre Trafficking Hub en Change.org ha reiniciado y ya ha obtenido más de un millón de firmas. 

Pornhub no ha realizado ningún cambio, pero el recuento de firmas continúa aumentando a medida que la campaña se hace más pública.  

Una simple firma para un gran problema, como el tráfico sexual, puede parecer un pequeño medio de apoyo; sin embargo, una investigación realizada por unos profesores del Departamento de Estudios de Comunicación de la Universidad de Michigan muestra que los pequeños actos del activismo social “podrían convertirse en un gran impacto positivo en el apoyo a causas sociales a nivel de la población”.

Bellum siente que las peticiones son una excelente manera de hacer que las voces sean más escuchadas en un mundo de tantas opiniones. 

“Puedes saber que por lo menos estás haciendo algo para defender las causas en las que crees”, comentó ella. 

Morales entiende a las personas que caen en la categoría del activismo pasivo, pero destaca que muchas personas, especialmente los estudiantes universitarios, no tienen los medios financieros para donar a causas que les importan y que las peticiones son solo una de las muchas excelentes maneras de apoyar.

“Hay muchas otras formas de participar que no requieren dinero”, explicó ella. “Así que creo que cada persona es responsable de identificar sus recursos y decidir lo que pueden permitirse hacer financiera, emocional y mentalmente”. 

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