Los equipos ‘extramurales’ deportivos de BYU afectados por el cierre de COVID-19

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Read in English: BYU Extramural teams reflect on season cancellations

Traducido por Emma Torgesen y revisado por Diego Calderón.

Escrito por Sarah Houssian, Kevin Hatch, Chelsea Adams, Anneka Southam, Elisa Huhem, Gabby Stockard y Josh Carter con la fotografía por Elisa Huhem, Addie Blacker y BYU Photo. Recopilado y creado por Josh Carter.

Marzo 12 del 2020, es una fecha que permanecerá siempre en las mentes de los fanáticos del deporte en todo el mundo. Empezando con la NBA, las ligas deportivas profesionales en los EEUU empezaron a aceptar la realidad de la pandemia del COVID-19 hasta que cada deporte profesional fue suspendido.

La NCAA y universidades por todo el país siguieron el mismo ejemplo, y cancelaron lo que quedó de las temporadas del invierno y la primavera de los deportes extramurales, club, y de la NCAA.

“Mi reacción inicial es similar a como me siento ahora – confundida, enojada, pero más que nada, tristeza,” Haley Harris dijo , una jugadora del lacrosse un su último año de BYU. “El cambio de jugar el lacrosse cada dia a ya no poder estar más en un equipo así rompe mi corazon.”

Seth Fankhauser. (BYU Photo)

EL EQUIPO DE FÚTBOL MASCULINO DE BYU estaba en lo más alto de una temporada invicta que terminó con un campeonato nacional. Su entrenador principal dijo que se estaban preparando para “el horario de primavera más difícil que jamás han visto”.

El equipo estaba emocionado para demostrar, de nuevo, que merece estar primero en el mundo de fútbol universitario. 

“Había mucha anticipación sobre (la temporada de primavera)”, Seth Fankhauser, un jugador en su último año, comentó “Todos estábamos muy emocionados ante la perspectiva de demostrar a todos y a nosotros mismos contra algunos equipos de renombre.”

Chris Jenkinson, un jugador en su primer año, estaba particularmente emocionado porque había decidido posponer su servicio misional algunos meses para poder ganar más experiencia jugando en la primavera. Algunos parientes habían reservado boletos de avión y hoteles para poder verlo jugar como arquero titular en el juego contra UNLV el 13 de marzo. 

“Ninguno de nosotros sabía lo que iba a pasar”. Brandon Gilliam

El día antes de que el equipo iba a partir a Las Vegas, Gilliam recibió una llamada del entrenador principal de UNLV, Liam Connors. Él le dijo que el partido fue cancelado debido al brote de COVID-19.

“Ver el amor y apoyo de mi familia y después tener que decirles que mi temporada se canceló, fue terrible” Jenkinson dijo.

Emily Briggs. (BYU Photo)

EL EQUIPO FEMENINO DE RUGBY DE BYU tenía muchas ganas de terminar la temporada de 2020 después de superar a sus siete equipos, 415-0. Los Cougars, fueron clasificados en primer lugar en la Pacific Desert Rugby Conference, a pesar de no haber jugado un partido local. 

Las especulaciones sobre el posible efecto de COVID-19 en la temporada redundaron alrededor de la Indoor Practice Facility mientras el equipo realizaba lo que terminaría siendo su última práctica, el 13 de marzo. En poco tiempo universidades en todo el país anunciaron el cambio al aprendizaje en línea para poder proteger los estudiantes del virus. Como resultado, la temporada de rugby llegó a una conclusión abrupto.

Dentro de algunas horas el equipo averiguó que todas las prácticas y los partidos de la temporada y postemporada se cancelaron. Para BYU, la oportunidad de defender su campeonato nacional desapareció. 

“(Cuando escuchamos las noticias), nos juntamos en Sonic y estábamos de luto”, Kacey Sorenson comentó. “El equipo tenía algunas jugadoras en su último año que estaban muy animadas. Fue difícil verles asimilar lo que pasó, especialmente al saber que ellas habían puesto tanto trabajo y corazón al deporte y al equipo. Para mi, eso fue lo más difícil – ver el impacto profundo para las jugadores del último año”. 

El equipo recibió el permiso para tener un banquete del fin de año antes de que los miembros del equipo se fueran a casa. Se juntaron en el Wilkinson Student Center para recordar su exitosa temporada y dar honor a las jugadores del último año. El evento fue agridulce, pero ayudó a traer una sensación de clausura a la temporada. 

Jacob Chesler. (BYU Photo)

EL EQUIPO MASCULINO DE LACROSSE DE BYU estaba “a fuego” en sus siete juegos de la temporada 2020, acorde con el entrenador principal, Matt Schneck. 

Los Cougars alcanzaron un récord de 6-1, con un puntaje de 107 goles y clasificando en el onceavo puesto de Men’s Collegiate Lacrosse Association durante la campaña del 2020. Además, BYU se asentó en la cima de la Rocky Lacrosse Conference al tiempo de la clausura.

“El equipo había justo venido a casa de un viaje donde habían superado a sus oponentes por 40 goles”, Schneck aseguró. “Ellos eran uno de los mejores equipos del país y tenían ganas de aún más. Les garantizo que esta temporada será algo que todos recordarán y siempre se preguntarán, ‘¿y si?’”

Schneck reunió a su equipo para darles a conocer la noticia de la cancelación.

“Todos nosotros necesitábamos estar preparados y ser diligentes en nuestros esfuerzos por respetar cuán difícil era la situación”, Schneck explicó al equipo. 

Aunque los jugadores se habían preparado para la posibilidad de esa noticia, ellos aún no creían lo que el entrenador les estaba diciendo.

“Lágrimas cayeron”, Schenck dijo. “Atletas se preparan para la conclusión de la temporada y, en algunos casos, para la conclusión de su carrera. Esto llegó sin advertencia y sin preparación”. 

David Nonu. (BYU Photo)

La confianza DEL EQUIPO MASCULINO DE RUGBY DE BYU fue en aumento después de un inicio de 3-2 en la temporada 2019-20, ya que los jugadores comenzaron a ponerse de pie con la parte de juegos de local en su calendario, que aún estaba por venir.

“Habíamos jugado un partido muy reñido con Saint Mary’s hace unas semanas atrás, justo cuando perdimos en los segundos finales”, Tosh Wilcox, capitán mayor, dijo. “Nosotros estábamos a punto de jugar con Saint Mary’s en el South Field para nuestro primer juego en casa. Nosotros estábamos ansiosos por regresar y obtener una victoria, pero luego, todo se canceló”.  

“Fue desgarrador”.  Steve St. Pierre

El entrenador principal, Steve St. Pierre, expresó su remordimiento por los del último año del equipo.

“Me sentí especialmente triste por los del último año”, St. Pierre explicó. “Ellos habían dado mucho al programa y ya no podrían terminar sus carreras de la manera que soñaron”.

Con ello, mucho tiempo y esfuerzo se puso en esta temporada, y con eso el equipo tenía una tendencia de superación, y acortarlo era difícil de aceptar. El estudiante de primer año, Alma Schoenfeld, estuvo triste porque la temporada había terminado de esa manera, cuyas circunstancias iban más allá de su control.

“Estaba todo fuera de nuestro poder”, Schoenfeld dijo.

Cade Hyde. (Addie Blacker)

Nic Smith, estudiante de último año y jugador de RACQUETBALL DE BYU, fue la mejor apuesta del equipo para ganar el National Intercollegiate Racquetball Championship de este año. Si bien habría sido el cuarto viaje de Smith a las nacionales, habría sido su primera vez compitiendo en la división superior mientras se clasificaba como el mejor jugador de racquetball de BYU.

“Estaba emocionado para jugar con los mejores oponentes y tratar de llegar a la cuarta posición del All-American”, Smith comentó.

Justo dos semanas antes el equipo estaba por salir a las nacionales en Baton Rouge, Louisiana, sin embargo, este evento se canceló. El equipo había recibido el mensaje concerniente a la cancelación, primeramente de parte del entrenador principal, Paul Snyder. A esto le siguió la confirmación de la cena del 13 de marzo.

“Era algo surreal”, Smith dijo. “En realidad no me golpeó hasta que tuvimos nuestra última cena en equipo. Una vez que estuvimos juntos como equipo, se volvió real y bastante sombrío”.

Snyder sintió que los de último año como Smith tal vez no tenga otra oportunidad para competir a nivel universitario.

“Entendí el fundamento de la decisión, pero me dolió”, Snyder agregó. “Me dolió el corazón especialmente por los estudiantes de último año y de aquellos que trabajaron duro para llegar al equipo que llegó a las nacionales, quienes no volverás a tener esa oportunidad”.

Jess Christensen. (BYU Photo)

EL EQUIPO FEMENINO DE LACROSSE DE BYU comenzó el 13 de marzo con especulaciones sobre el impacto potencial del COVID-19 en su temporada. Sin embargo, a medida que avanzaba el día, el rumor se hizo realidad cuando la Women’s Collegiate Lacrosse Association hizo el anuncio oficial de que la temporada había terminado.

Los miembros del equipo estaban en situaciones diferentes cuando llegó la noticia. La entrenadora principal, Nikki Dabrowski, estaba preparando a sus niños para la escuela cuando recibió la cancelación vía email. Luego ella notificó a su equipo vía mensaje de texto.

La estudiante de último año, Jess Christensen, estaba haciendo su tarea cuando recibió esta devastadora noticia. La estudiante de último año, Haley Harris, estaba en una reunión para un proyecto grupal cuando supo que sus días de lacrosse habían terminado. Otros, como la estudiante de último año Logan Coon, ya estaban de camino a casa — inicialmente para visitar, pero finalmente para quedarse.

“Lo extraño más de lo que me puedo dar cuenta. No sé si alguna vez volveré a ponerme un casco de portero otra vez”. Jess Christensen

Una pandemia mundial había terminado repentinamente una temporada con gran potencial, ya que los Cougars no pudieron alcanzar su objetivo de llegar a las nacionales. La reacción inicial entre la mayoría del equipo fue de ira y frustración. 

“Estaba lívida”, Coon afirmó. “Había estado jugando impresionantes partidos y había encontrado mi ritmo, así que cuando la temporada terminó oficialmente, primero estaba lívida, pero después estaba increíblemente triste. Estaba especialmente triste porque ya no podría jugar con este grupo de chicas. Mis mejores amigas habían venido de este equipo y habíamos hecho muchos buenos recuerdos. Fue muy triste ver como todo se acaba en un instante”.

LA TEMPORADA 2019-20 siempre será recordada para siempre, al igual que los atletas, entrenadores y fanáticos, así como la sensación que deja el ‘que hubiera sido’.

Mientras muchos atletas, de último año de deportes extramurales de BYU,tendrán la opción de regresar la próxima temporada después de que se les otorgue un año adicional de elegibilidad, las emociones que se sintieron el 12 y el 13 de marzo permanecen sin cambios.

“Pensé que odiaba levantarme a las 6 a.m. para practicar”, Mary Barton, estudiante de penúltimo año y jugadora de lacrosse femenino, comentó. “Pensé que no me gustaría viajar largas distancias para jugar. Y luego, en un abrir y cerrar de ojos, me lo quitaron todo y me di cuenta de que era algo que estaba eligiendo hacer. Lo extraño”.

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