Madre e hija estudian juntas en BYU

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Traducido por Emma Torgesen y revisado por Diego Calderón

Mother and daughter Cynthia Richards, right, and Jen Richards, left, walk to class together. “Having grown-up kids is the best,” Cynthia Richards said. (Rebecca Nissen)

Leer en inglés: Mother and daughter pursue degrees together at BYU

Hay dos estudiantes se sientan juntas al fondo del salón en la clase de Comprensión de lecturas universitarias cada lunes y miércoles. Hacen los mismos gestos, tienen la misma risa y hasta tienen la misma expresión cuando se concentran.

Aunque es casi imposible distinguirlas, fácilmente se nota la diferencia de edad entre ellas. También, hablan como mejores amigas, a pesar de no ser compañeras de cuarto ni hermanas.

Cynthia y Jen Richards son, sin ninguna duda, madre e hija. 

Durante los últimos tres semestres, Cynthia y Jen han asistido por lo menos una clase juntas.

“Todo comenzó cuando decidí terminar mi carrera,” explica Cynthia, madre de cuatro hijos que vive en Pleasant Grove. “Me casé en mi penúltimo año de la universidad y dejé de estudiar para poder enfocarme en formar una familia.”

Ahora ella está estudiando para una licenciatura en música y está agradecida de que su familia la apoye en su decisión de terminar su carrera. Su hija Jen, licenciada en psicología, expresó que se siente orgullosa de tener una madre que la acompañe en sus estudios.

“Me encanta que sea mi compañera de clase,” ella señaló.

Durante el semestre de invierno en 2019, Cynthia y Jen se inscribieron para la misma clase de Ciencias Físicas 100 sabiendo que tendrían que ayudarse la una a la otra a ser responsable; sobre todo con la asistencia a clase y las tareas asignadas.

“Pasamos la clase gracias a nuestra colaboración,” aclaró Cynthia. “Fuera de la clase, estudiábamos juntas la mayor parte del tiempo y nuestro éxito se debe mayormente a nuestros esfuerzos y trabajo juntas.”

“Además,” agregó Jen, “No hacía faltar formar nuevas amistades con los demás alumnos.”

Cynthia y Jen disfrutaron tanto estudiar juntas que se inscribieron para otra clase juntas el siguiente semestre: Diseño de interiores.

“Pensamos y analizamos las cosas de manera tan similar que no podíamos dejar pasar la oportunidad de tomar otra clase juntas,” dijo Cynthia. 

Este semestre, Cynthia y Jen están cursando la clase de Comprensión de lecturas universitarias, una clase de desarrollo para estudiantes que los ayuda a comprender mejor los libros que puedan tener que leer para sus clases. Ambas coincidieron en que el asistir a la clase juntas las ayuda a cumplir las asignaciones de lectura a tiempo.

Aunque a algunos estudiantes universitarios les daría vergüenza tener un padre como compañero de clase, a Jen le encanta que su madre la acompañe y la apoye en sus clases.

“Yo creo que la gente espera que me dé vergüenza estar en la misma clase que mi mamá, pero la verdad que ella es una de mis mejores amigas,” afirmó Jen. “No vivo con ella entonces es una buena excusa para verla más a menudo.”

Ambas concuerdan que estudiar juntas no siempre es fácil.

“A veces Jen se autoinvita a las citas de almuerzo con mi esposo,” dice Cynthia.

“Es verdad,” admitió Jen, y las dos se mataron de la risa. 

A pesar de que muchos estudiantes no tienen la una relación con sus padres como la que tienen Cynthia y Jen, ellas aclararon que tomar clases juntas no es la única manera de fortalecer su relación.

“Creo que para nosotras, lo que contribuye a nuestra relación son el respeto y la comprensión mutua,” afirmó Cynthia. “Mi hija ya está grande, y estoy tan feliz de no solo ser su madre, sino también su amiga.”

“Mi mamá es genial. Me hace feliz saber que ella forma gran parte de mi vida, pero al mismo tiempo me ayuda a sentir que soy independiente y puedo tener mis propias experiencias.”

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