Fernando Gomez posa al lado de una demostración robótica en El Museo de Historia Mormona de América, el cual educa a visitantes sobre la historia de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos días. (Sydnee Gonzalez)
Fernando Gomez señala con el dedo una foto antigua en blanco y negro que contiene un grupo de personas con George Albert Smith. La foto fue tomada en 1946 en la Ciudad de México. Gomez señala un niño en la primera fila de la foto. “Ese soy yo,” dice.
La foto está en el Museo de Historia Mormona en América, situado en Canyon Road cerca de BYU. A Gómez le gusta llamarse como el “único artefacto viviente” en el museo.
El museo fue establecido originalmente en la Ciudad de México, usando una colección de registros y artefactos históricos que la tía de Gómez, Consuelo Gómez González, había recabado a lo largo de su vida. Eventualmente, Gomez trasladó el museo a Provo, justo al oeste de BYU.
Gomez dijo: 'Me siento bastante bien', refiriéndose al hecho de compartir la historia de su familia con los visitantes.
La familia de Gómez se unió a la iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos días en 1823 cuando su abuela y otros miembros de su familia conocieron a los misioneros. “Hemos estado en el Evangelio por mucho tiempo”, dijo Gómez
Gómez nunca pensó en abrir un museo. Él es originario de Monterrey México, e inmigró a Texas con su familia cuando aún era un niño. Después de un tiempo, regresó a Provo y asistió a BYU. En 1967, obtuvo su título en Ingeniería Eléctrica. Después la vida lo llevó a él y a su esposa, Enriqueta Gomez, lejos de Utah por 40 años.
Gomez ha viajado por el mundo durante su servicio en la iglesia. Él fue Setenta de Área en Filipinas; Presidente del templo en Mérida, México; Presidente del Centro de Capacitación Misional en Chile, entre otros llamamientos en la iglesia en EE. UU. y México.
“Al principio los visitantes no le dan mucha importancia a Fernando, pero cuando averiguan todos los llamamientos que él ha tenido en la Iglesia, quedan estupefactos.” dijo el subdirector del museo Esperandieu Anofils.
Refiriéndose a Gómez y su esposa, Anafolis dijo: “Son personas que saben lo que hacen, y esa es una de las razones por las que estoy aquí, pero principalmente es por él”
Gómez con espíritu de humildad dijo “Hemos edificado esto sin conocer nada de museos, todavía estamos aprendiendo.” Él atribuye el éxito del museo y las fuerzas que lo han sostenido estos últimos 28 años, al apoyo de su esposa y del Señor.
Fernado Gomez agarra un libro que contiene la historia de su familia. El Museo de Historia Mormona en América se inició a partir de las cuentas históricas y artefactos recogidos por la familia de Gomez. (Sydnee Gonzalez)
A pesar de no tener la experiencia necesaria para dirigir un museo cuando lo inició, Gómez no parece arrepentirse de las decisiones que ha tomado.
Respecto a los visitantes, Gómez dijo: “Mi parte favorita son las personas que vienen. Las personas no pueden creer lo que ven. Esa es mi satisfacción, que ellos vean y sientan un espíritu de historia y doctrina aquí. Esa es mi recompensa.”
Para muchos visitantes, interactuar con Gomez es una de las mejores partes del museo.
Robert Rex, al visitar el museo por primera vez expresó:
“Mi parte favorita fue hablar con Fernando y escuchar su entusiasmo por la historia de la iglesia y específicamente la historia de la iglesia en México”
“Es genial, porque él es parte de la historia y es una parte viva de ella. Él estaba allí, pude saber que es muy genuino en sus deseos y motivos por estar aquí.”
Para muchos visitantes, el museo es su primera exposición de las historias que se encuentran en el interior. Según Anofils, las historias en el museo son “una historia olvidada” que pocas personas conocen, pero son una “parte integral de la historia del mormonismo.”
Anofils dijo que muchas personas solo saben sobre la historia mormona en los Estados Unidos. “Las personas piensan que la historia del Mormonismo empezó en Nauvoo, y terminó en Salt Lake City.”
Él cree que la razón de que muchos miembros de la iglesia no estén conscientes de la historia de la iglesia fuera de los Estados Unidos es que “la mayoría de los miembros no están listos para ver la iglesia como una iglesia internacional.”
“Es difícil imaginar a, no lo sé, a un Africano venir a Payson, Utah y decirte lo que tienes que hacer como Presidente de Misión. Pero, un Presidente de Misión de Payson, Utah, puede ir a Nigeria y decirles lo que hay que hacer,” él dijo.
Anofils espera que el trabajo que hacen en el museo ayude a cambiar la opinión del público al respecto. Para muchos que lo visitan, el museo está cumpliendo con esa responsabilidad.
Al reflexionar sobre las similitudes que hay entre sus propios antepasados que cruzaron las llanuras al venir a Salt Lake y las personas de las que él había aprendido en el museo Rex dijo: “En cierto modo, también es parte de mi historia, más de lo que yo creía”
Aunque sus historias no son muy conocidas, la dedicación y el sacrificio que los primeros santos de los últimos días mexicanos hicieron son evidentes. Con más de 1,400,000 miembros, México tiene el mayor número de miembros fuera de EE. UU.
La vieja foto en blanco y negro de la infancia de Gomez fue tomada en la Capilla de Ermita en la ciudad de México. Casi 75 años más tarde, el edificio sigue en pie como un testimonio de los miembros que ayudaron a construir la iglesia en México.
Una imagen puede decir más que mil palabras, pero gracias a individuos como Gómez, la memoria y la historia detrás de esas imágenes continúan con vida.